Madres comunitarias: héroes de la atención integral a la niñez
Las madres comunitarias atienden los Hogares Comunitarios de Bienestar, ubicados en diferentes barrios de las ciudades de Colombia, donde se brinda atención integral para máximo 13 niñas y niños entre 2 y 5 años de edad, de lunes a viernes, entre las 8 de la mañana y las 4 de la tarde. Es decir, tienen “una guardería” en su propia casa.
La madre comunitaria dispone su espacio familiar para brindar un ambiente seguro; planea y realiza con los niños y niñas actividades buscando su desarrollo integral; y les prepara y entrega alimentación: media mañana y almuerzo.

Es decir, son super héroes: se levantan a preparar los alimentos en la madrugada, reciben cada niño y conversan con sus familias, realizan con ellos actividades, cambian pañales, sirven media mañana, curan heridas, cuidan siestas, dan almuerzo, limpian regueros, lavan los platos, interrumpen peleas, inventan juegos, entregan los niños a sus familias y les cuentan las novedades del día, hacen el aseo del hogar, preparan las actividades del día siguiente… son 13 niños, entre 2 y 5 años!

Hace décadas comenzaron las mujeres a organizarse para que una de ellas, en su barrio, cuidara los niños mientras las demás salían a trabajar, y entre todas hacían vaca para la alimentación de los niños y niñas. En 1986 nace el programa de Madres Comunitarias con el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, reglamentado en 1989, que comienza a formalizar este proceso. Hoy el ICBF les paga un salario mínimo y les entrega material pedagógico y alimentos para que ellas puedan continuar prestando este servicio, sin costos para las familias, y las acompaña a prestar un servicio de atención integral a la primera infancia, en el cual se involucran los componentes de salud, nutrición, desarrollo cognitivo y ambiente familiar.
Algunas de ellas llevan tantos años en esta labor, que hoy atienden los hijos de quienes hace años eran los niños o niñas a su cuidado. En ocasiones han atendido 3 generaciones de una misma familia, generando un tejido social y comunitario de inmenso valor que queremos preservar.
Desde Sin Fronteras queremos hacer todo lo posible para que las madres comunitarias puedan prestar un mejor servicio y al mismo tiempo mejoren su calidad de vida. Conoce aquí nuestras iniciativas:


